Isabel María Moreno Almagro, Titular del Juzgado de Violencia de Género sobre la Mujer de Jaén es nuestra invitada especial este mes.
Entre los objetivos de PROA está el reconocimiento del talento y la aproximación a la realidad de nuestra provincia a través de la opinión y experiencia de sus protagonistas. En esta ocasión, el motivo no era empresarial o científico, ni político o turístico, sino un tema social de primer orden que nos preocupa a todos y a todas: la violencia contra las mujeres y, en su máxima expresión, la muerte violenta a manos de hombres que tienen o tuvieron una relación con ellas, con un promedio aproximado de una víctima por cada semana y media en los últimos años.
Para hablar de este doloroso asunto tuvo la deferencia de aceptar nuestra invitación, a la comida-tertulia del día 8 de mayo de 2018, la jueza Isabel María Moreno Almagro. Ella nació en Barcelona, pero tiene fuertes raíces familiares en Villargordo (actual Villatorres) donde regresó en su adolescencia para estudiar en Jaén. Completó su formación como Licenciada en Derecho por la Universidad de Jaén, y accedió a la carrera judicial con categoría de Juez en el año 2002, con ascenso a Magistrado en el año 2010. En abril de 2016 tomó posesión del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Jaén y ha desarrollado una intensa labor de difusión y formación en Asociaciones de Mujeres, centros de la Mujer, Asociaciones de profesionales, Academia de la Guardía Civil, Colegios de Médicos y Centros de Salud con el loable fin no solo de juzgar y concienciar del problema, sino de aumentar la educación y la formación para tratarlo y prevenirlo.
Su juzgado ha realizado grandes innovaciones en la forma de tratar los casos mejorando la eficiencia y eficacia en su detección y resolución de los mismos, habiéndose convertido en un referente a imitar a nivel nacional por haber aglutinado en un solo edificio todos los servicios que intervienen para atender a las víctimas e instruir el proceso judicial. (Unidad de Vigilancia Integral sobre Violencia de Género, Servicios de Atención a las Víctimas de Delitos Violentos y el propio Juzgado). Lo que permite analizar cada caso con la colaboración simultánea y rápida de psicólogos, médicos forenses, servicios sociales, Guardia Civil, Juzgado de Instrucción especializado, etc.)
La Magistrada Moreno, tras las presentaciones de los respectivos participantes en la mesa, inició su exposición desmontando la creencia de que la violencia era una cuestión exclusiva de clases sociales bajas o marginales, porque los casos están muy extendidos en todos los estamentos sociales y se da en todas las sociedades del mundo. En España, en concreto, desde que se lleva una estadística específica de las muertes por el Observatorio de la Igualdad, periodo 2003-2017, ha habido 947 casos. Y en el pasado año se cifran en 47 mujeres muertas por sus parejas o ex parejas y se estiman en otras 41 muertes de mujeres debidas a otras circunstancias pero que se consideran también violencia machista.
En nuestra provincia, una de las más pacíficas de España por el bajo índice de delincuencia, se han abierto diligencias de 900 casos por denuncias en su juzgado y se han emitido 192 órdenes de protección a mujeres.
En este sentido, frente a este fenómeno –expuso Moreno– la Ley 1/2004 de Violencia de Género puso las bases para la prevención y para la protección de las víctimas, aunque queda mucho por hacer en ambos casos porque no es posible tener un agente de la Guardia Civil junto a cada mujer amenazada y ha crecido el número de casos de adolescentes y jóvenes maltratadores, lo que pone en evidencia la falta de una verdadera educación en valores con perspectiva de género. Aunque, sin duda, la ley ha puesto en la realidad una violencia que siempre ha existido, pero que ahora se detecta, se denuncia y se juzga.
En el debate se cuestionó si los casos de falsas denuncias no están creando un nuevo problema con hombres inocentes que se ven estigmatizados por sus ex parejas. Moreno insistió que su misión y la de su equipo es tratar de dilucidar esas falsas denuncias que hacen mucho daño también a las verdaderas víctimas, y que ella ha sancionado ya más de una.
En este sentido, la Magistrada de Violencia de Género, insistió en que es más importante prevenir que condenar (educar, concienciar, buenas prácticas, investigar bien y proteger), y que “no todo es amor”. En este sentido, como sugirió María Dolores Cabrera, las jóvenes y las mujeres adultas, tienen que aprender a detectar, la “dominación, control y aislamiento cotidianos de la mujer que derivan en una opresión y anulación progresiva de la autoestima” de la mujer cuando se mantiene una relación desigual. Por eso, repitió, “debemos evitar que las niñas imiten modelos sumisos y los niños modelos agresivos”:
Ante las numerosas intervenciones en las que se puso en evidencia algunos casos de falsas denuncias de personas allegadas, la Magistrada insistió en que “mi deber es cribar, discernir, llegar a la verdad” y reconoció que “en todos los ámbitos y géneros hay maldad y, por tanto, casos excepcionales, aportando que, según la estadística oficial del Consejo General del Poder Judicial, se tasan en 0,1% los casos de denuncias falsas”. En su argumentación, insistió en que la Ley fue necesaria y que el problema solo se resolverá cuando toda la sociedad tome conciencia de que no puede haber relaciones de desigualdad entre hombres y mujeres, porque es un “machismo cultural” arraigado desde los orígenes de la Historia, pero que ahora parece haberse recrudecido entre los jóvenes por un problema de influencia de modelos televisivos, de una proliferación de imitación de malas conductas en redes sociales, de un acceso a páginas machistas de Internet o de una adicción al sexo desvinculado de una educación afectiva-sexual integrada en la Educación en valores, etc.
Insistió Moreno, por tanto, en que es preciso priorizar la fórmula de: Prevención, Formación, Educación y Divulgación Social para que cale profundamente.
Los miembros de la tertulia reconocieron la importancia de la Ley ante la gravedad del problema y la necesidad de la educación como clave, si bien, José Madero recordó el carácter escrupuloso de la Ley de Enjuiciamiento Judicial por el cual se considera que “es más tolerable que un culpable esté en la calle que un inocente en la cárcel” y que, por tanto, debemos mantener como norma la presunción de inocencia también en estos casos.
Isabel María Moreno escuchó e intervino en esta intensa tertulia, con un sentimiento profundo en el corazón de todos los presentes, conscientes de que es uno de los grandes problemas de la sociedad actual y que, como problema sistémico, tenemos que abordarlo y ponerle solución con una perspectiva de género pero también con una inteligencia ética y transversal.
En este sentido, la Magistrada finalizó diciendo que ella sabe que puede haber “sesgos cognitivos” que distorsionen la visión de algunos casos y que su deber es “ser consciente de ello para ser justa” pero que, asumía la frase de Baltasar Garzón, “yo no tengo miedo, el día que tenga miedo, colgaré la toga”.
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